Algunos  historiadores sostienen que la mención que se hace en el Nuevo Testamento al 666 como el “número de la bestia” no es otra cosa que una referencia encubierta al emperador romano Nerón, considerado por los cristianos de la época como el “anticristo” en razón de haber perseguido y asesinado a muchísimos miembros de esa comunidad.

¿Por qué no mencionar abiertamente al emperador como el origen de todos los males? Bueno, según parece, en esa época no era muy seguro andar hablando mal del emperador de turno y así es como el Apóstol Juan habría recurrido a un código secreto para nombrarlo en el Libro del Apocalipsis.

De manera análoga, y por similares razones, en el siglo 21 los trabajadores tecnológicos chinos han tenido que recurrir a un número de tres cifras, a modo de código encubierto, para señalar de manera inequívoca a hombres y empresas fuentes de abuso y opresión.

Ese nuevo número de la bestia es el 996 y los hombres y empresas señalados son individuos como Jack Ma (Alibaba), Richard Liu (JD.com), Elon Musk (Tesla) y Michael Moritz (Sequoia Capital), por sólo mencionar a algunos.

El significado de 996

El término 996 se usa para describir jornadas de doce horas diarias, comenzando a las nueve de la mañana y finalizando a las nueve de la noche, los seis días a la semana, a lo largo de todo el año.

Típico de la cultura emprendedora, donde durante los períodos fundacionales se suelen trabajar largas horas a cambio de muy poca o nula remuneración, con el tiempo ese estilo de trabajo se propagó a otros ámbitos y terminó afincándose en el complejo industrial tecnológico chino con remarcable éxito, si lo medimos desde la perspectiva de los resultados económicos, no así desde la de los trabajadores involucrados.

Así es como lo que alguna vez fuera un símbolo de compromiso y suceso dentro de la comunidad tecnológica (tal vez algunos recuerden los famosos buzos con la leyenda “90 horas por semana y disfrutándolo” que Steve Jobs entregó como una condecoración a los miembros del team Macintosh en 1984), terminó siendo sinónimo de condiciones abusivas de empleo.

Claro que no estamos diciendo aquí que no sea necesario y hasta conveniente involucrarse en proyectos para los que se requiera una gran carga de trabajo, sobre todo durante las etapas iniciales. Lo que sí estamos diciendo es que el mantenimiento de jornadas de doce horas durante lapsos muy prolongados, no sólo raya con el abuso, sino que puede generar un daño irreparable a la salud de los trabajadores y, finalmente, a la sostenibilidad de la propia empresa.

Tal vez una de las caras más visibles del movimiento 996, y el candidato con más chances de convertirse la representación humana del nuevo número de la bestia, sea Jack Ma, fundador de Alibabá, quien recientemente afirmó que “ser capaz de trabajar 996 es una gran felicidad…si quieres unirte a Alibaba, debes estar preparado para trabajar 12 horas al día, de lo contrario ni te molestes en unirte

Pero Ma no está solo en esta cruzada a favor del trabajo duro. También Richard Liu, fundador de JD.com ha hecho públicas sus quejas en contra de los empleados que no trabajan lo suficiente, tildándolos de vagos.

Otras compañías chinas criticadas por esta práctica laboral abusiva son Baidu Inc, Tencent Holdings Ltd, y el servicio de delivery, también propiedad de Jack Ma, Ele.me.

Cruzando el Pacífico, en Silicon Valley, las cosas son un poco más civilizadas pero eso no quiere decir que no haya defensores de esta práctica.

Elon Musk (Tesla Inc.) ha publicado un tweet diciendo que “nadie ha cambiado al mundo trabajando cuarenta horas semanales”, en Uber usan el mantra “trabaja inteligentemente, más duro y más tiempo”, WeWork decora sus espacios de co-working con frases tales como “No te detengas cuando estés cansado, sino cuando hayas terminado”, en tanto que otras compañías construyen campañas de comunicación interna en torno al concepto de que trabajar duro y mucho, es glamoroso.

Michael Moritz, socio principal en Sequoia Capital, una de las compañías de venture capital más respetadas del mercado, ha afirmado en varias ocasiones que las empresas de Silicon Valley deberían imitar el liderazgo chino en materia de régimen de trabajo, argumentando que la alta productividad china era la fuente de su ventaja competitiva.

El sistema no está exento de críticas de parte de especialistas que afirman que en el largo plazo estas prácticas no arrojan resultados positivos desde la perspectiva de cualquier métrica que se quiera utilizar para evaluarlas.  Del mismo modo hay varios empresarios que no comparten los puntos de vista de Ma, Musk y Moritz y abogan por regímenes de trabajo mucho más amigables.

Pero en el centro de las protestas están los propios trabajadores chinos sometidos al régimen 996, quienes han iniciado un movimiento en la clandestinidad para visibilizar sus sometimientos y llamar la atención del resto del mundo.

Así como el autor del Libro del Apocalipsis tuvo que recurrir a un código secreto para referirse al emperador causante de todos los males para el pueblo cristiano, los trabajadores tecnológicos chinos también han creado su propio código secreto, el 996ICU, que significa “si trabajas de nueve a nueve, seis días a la semana, terminarás en la unidad de cuidado intensivo”.

Protestar en China es tan difícil como seguramente lo era en el Imperio Romano durante la época del emperador Nerón, y de ahí que las quejas de estos trabajadores tecnológicos hayan debido canalizarse a través de ingeniosos mecanismos, como la creación de un reservorio de datos en el sitio GitHub (puede accederse en https://github.com/996icu/996.ICU/blob/master/blacklist/README.md) donde han ido construyendo una lista negra de compañías que aplican el abusivo régimen de setenta y dos horas semanales.

Lo ingenioso del mecanismo es que GitHub es una herramienta tan útil para la productividad de las empresas tecnológicas en general, y es tan usado por las compañías chinas, que pese a las intenciones iniciales del gobierno de bloquear el sitio, tal y como lo hizo con otros de empresas occidentales, fueron las propias compañías incluidas en la “lista negra” quienes pidieron que siguiera funcionando, dándole vida a la protesta de manera indirecta.

Desde el exterior los apoyos no se hicieron esperar, y los propios trabajadores de Microsoft (empresa dueña de GitHub) presionaron a su compañía para que continuara brindándoles apoyo a sus colegas chinos.

La lógica nos dice que ninguna práctica basada en el uso de mano de obra sometida por extensos períodos de tiempo a largas jornadas de trabajo puede ser sustentable, y es probable que los éxitos de hoy den paso a los fracasos del futuro a medida que la fuerza laboral vaya perdiendo energía y los niveles de disconformidad vayan en aumento.  El tiempo dirá qué tan exitosos terminarán siendo Alibaba y su fundador.

Por el momento, el nuevo número de la bestia parece señalar a hombres como Jack Ma, quienes al igual que aquél emperador romano recordado por contemplar pasivamente cómo se incendiaba su ciudad, hacen lo propio mientras sus empleados se van quemando lentamente a consecuencia de un régimen de trabajo abusivo e insostenible.