Frente a las dificultades que plantea la medición de la inflación, que sigue haciéndose en todo el mundo a través de métodos bastante anticuados, un grupo de economistas ha desarrollado una innovadora y original propuesta.

En efecto, el método para medir la inflación en todo el mundo es prácticamente similar: el organismo oficial encargado de la tarea almacena los precios de venta al público de cientos de artículos mediante visitas a negocios, y mediante llamadas telefónicas consulta a los consumidores acerca de sus hábitos de consumo.

Este método, que según la propia oficina de estadísticas de los EEUU (Bureau of Labor Statistics) está quedando anticuado en la era de los teléfonos celulares y de la internet, podría ser reemplazado por una innovadora manera de medir los precios desarrollada por un economista argentino de apellido Cavallo (no, no es el que usted se imagina, sino su hijo, Alberto) y su colega Roberto Rigobon, ambos profesores del MIT.

Alberto Cavallo emigró en el año 2003 a los EEUU para hacer un doctorado en la Universidad de Harvard y actualmente está trabajando en un interesante proyecto cuya finalidad es brindar transparencia e inmediatez a la medición de la evolución del índice de precios.

Básicamente el sistema, llamado BPP o “Billion Prices Project”, utiliza una tecnología muy similar a la que emplea Google para indexar sitios web, analizando y almacenando  diariamente información acerca de unos unos 5 millones de artículos vendidos a través de la web a través de aproximadamente 300 sitios web pertenecientes a retailers on line en diversas partes del mundo.

Actualmente BPP publica datos de un limitado número de países, entre los que se encuentran los EEUU, el Reino Unido, Argentina, Australia, Chile, China, Italia, Turquía, Colombia, Francia y Venezuela.

Cavallo asegura que su método permite detectar tendencias antes que estas se pongan de manifiesto a través de las cifras oficiales publicadas por el organismo gubernamental encargado de la medición de la inflación.

Como ejemplo de esto último, el BPP detectó una disminución en el nivel de precios al consumidor en los EEUU apenas una semana después del colapso de Lehman Brothers en el año 2008, en tanto que este comportamiento del índice de precios al consumidor recién se hizo público a través del Bureau of Labor Statistics 56 días después.

Si tenemos en cuenta que las demoras en el conocimiento del comportamiento de las principales variables de una economía es la principal fuente de generación de oscilaciones en variables críticas (quienes hayan jugado el “Juego de la Cerveza” seguramente recordarán cuán crítico es contar con información en tiempo real para evitar complicaciones mayores), este aporte de Cavallo y su colega puede llegar a ser realmente muy útil.

Y si faltara un espaldarazo para este proyecto, el economista en jefe de Google, el conocidísimo y respetado Hal Varian, dice al respecto que uno de los beneficios clave del BPP es que no se encuentra “filtrado” por ninguna agencia gubernamental, las cuales en algunos países no siempre son enteramente confiables” (no hay reportes de que Varian haya viajado a la Argentina últimamente, pero debe leer los diarios seguramente).

Según comenta Cavallo, esta idea dio sus primeros pasos en Argentina en el año 2007 cuando, según el economista, los funcionarios argentinos comenzaron con la manipulación de las cifras del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos).

En tales casos, afirma Cavallo, el BPP puede servir como un servicio privado para chequear lo que dicen las cifras oficiales.

Sin duda todavía hay mucho para hacer en este terreno, habida cuenta de las limitaciones antes mencionadas relacionadas con el hecho de que muchos productos y servicios aún no se comercializan en la red.  Por otra parte, a medida que nos alejamos de los países centrales es mayor la cantidad de transacciones que ni siquiera se realizan a través de canales legales, pero en todo caso es una interesante idea en la que se combinan la creatividad y la tecnología para resolver un tema de sumo interés público.

Fuente:  Bloomberg Businessweek, número de Febrero 14, 2011 “Alberto Cavallo”, artículo de Barren Sheridan