As time goes by…según pasan los años
Veinticinco años atrás, un banco realizó un estudio para averiguar cuál era el tiempo máximo que un cliente estaba dispuesto a esperar antes de empezar a sentirse molesto. Ese estudio arrojó un resultado muy concreto: siete minutos. Ese era el tiempo a partir del cual todo empezaba a derrumbarse. Los clientes que pasaban menos de