A fines de 2009 Goldman Sachs y su principal inversor, Warren Buffet, anunciaron un programa destinado a ayudar a miles de pequeños empresarios en los Estados Unidos.

Con una inversión total de 500 millones de dólares, el proyecto apunta a atender a 10.000 pequeños empresarios a lo largo de 5 años. La idea es bastante simple: combinar acceso a capital, entrenamiento, networking y asistencia profesional a través de mentores, para que pequeños empresarios mejoren la forma en que gestionan sus empresas y a través de ello puedan crecer y generar más empleo.

A diferencia de otras iniciativas destinadas a los pequeños empresarios, que se concentran sólo en la cuestión financiera, o en la capacitación, acá estamos frente a un plan integral que apunta a cuatro puntos críticos: el fondeo, la capacidad de gestión, las relaciones con colegas, proveedores y potenciales clientes, y el consejo de líderes experimentados.

Es que si bien es cierto que un problema crónico de los pequeños empresarios es la falta de crédito en condiciones consistentes con sus respectivos ciclos de negocio, este no es el problema más serio. Si el problema fuera sólo de dinero entonces hace rato que esto se podría haber solucionado.

La principal causa de fracaso empresarial en las pequeñas empresas está relacionada con la incapacidad de sus dueños para gestionar el crecimiento. La falta de conocimientos contables, de gestión de recursos humanos, de manejo de operaciones y logística, de marketing, etc, son razones más que suficientes para asegurar un fracaso casi seguro en el mismo momento en que el empresario decide dar el primer paso hacia el crecimiento.

Y así como la falta de conocimientos básicos de administración de negocios es un factor de fracaso, también lo pueden ser la dificultad para relacionarse con otros empresarios de industrias complementarias, centros de desarrollo de tecnología e innovaciones, organismos gubernamentales, etc.

Por último, algo que este programa de Goldman Sachs proporciona, y que realmente creemos que no tiene precio, es el asesoramiento de experimentados hombres de negocios que aportan su tiempo y sus conocimientos para asesorar a los beneficiarios del programa. Un asesoramiento que, en otras condiciones, sería imposible de pagar.

En una nota publicada el 1 de Febrero de 2011 por la revista Bloomberg Businessweek (http://www.businessweek.com/smallbiz/content/feb2011/sb2011021_159708.htm) se mencionan los primeros testimonios de empresarios beneficiados con este novedoso programa. He aquí algunos de esos casos:

Jessica Johnson, de Johnson Security Bureau. Tras la muerte de su padre, ella y su hermano debieron hacerse cargo de la empresa familiar. Sin muchos conocimientos de administración, se enroló en el programa y fue una de las primeras graduadas. La facturación de su empresa creció de U$S 350.000 a USD 550.000 y esto lo atribuye a las clases que tomó (diez módulos de día completo cursados en sucesivos sábados, más eventos de networking y reuniones personales con consejeros de negocios y mentores) y a las relaciones que pudo hacer allí. Durante el curso ella diseñó un plan de crecimiento para su negocio.

La nota dice que ese crecimiento no es inusual. Más del 80% de los graduados de la versión del programa que se dictó en New York reportaron haber contratado más personal desde que comenzaron el programa y más del 50% proyecta crecimientos de dos dígitos para este año.

Otro caso de éxito: Miguel Guajardo, que duplicó su staff de 5 a 10 personas en su empresa constructora, duplicando también sus ventas en el período de un año. En este caso Miguel destaca como muy valioso el entrenamiento que recibió en contabilidad gerencial. El ser capaz de entender y descifrar lo que decían su balance y su estado de resultados le permitió conocer mucho mejor su negocio y cómo ponerlo en forma.

Para ser admitido en este programa los candidatos tienen que cumplir ciertas condiciones mínimas y pasar por un riguroso proceso de selección. No es un regalo ni un subsidio con tintes demagógicos para salir en los diarios o para conseguir votos, sino una genuina iniciativa de negocios destinada a mejorar la competitividad y el nivel de empleo operando sobre la base de la pirámide empresaria.

Los aspirantes deben demostrar que han tenido su empresa por al menos 2 años, con ingresos anuales de 150.000 a 4 millones de dólares, empleando al menos a 4 personas. Obviamente está destinado a empresarios localizados en áreas poco desarrolladas en las que existen limitados recursos financieros.

Una iniciativa que harían muy bien en imitar las entidades financieras locales, que sólo se dedican a dar préstamos personales y tarjetas de crédito, pero comprometiéndose muy poco con el apoyo al verdadero motor del crecimiento y el empleo que son las pequeñas empresas.