El planeamiento con escenarios es una herramienta sumamente útil cuando se opera en un contexto de alta volatilidad e incertidumbre.   

En el número de Verano 2017 de la prestigiosa revista MIT Sloan Management Review, su directora editorial dedicó unos párrafos a señalar un suceso bastante inusual: un artículo titulado “Planeamiento con Escenarios: una herramienta para el pensamiento estratégico”, publicado veintidós años atrás, había cobrado una repentina popularidad, pasando a ocupar un lugar en la lista de los cincuenta más leídos de los últimos meses.

Este repentino interés de parte de la comunidad empresarial por un viejo artículo en el que se habla sobre el planeamiento con escenarios asociado al pensamiento estratégico evidencia el nivel de ansiedad y preocupación que despierta en el mundo de los negocios el estado de permanente turbulencia en el que vivimos.

Echando una mirada retrospectiva hacia los sucesos que nos sorprendieron y afectaron en los últimos veinte años, nos encontraremos con atentados terroristas, fenómenos naturales con efectos devastadores, guerras, cambios políticos, crisis económicas y nuevas tecnologías y tendencias sociales capaces de transformar industrias enteras.

Si tuviéramos que elegir unas pocas palabras para describir la época en que estamos viviendo, estas serían turbulencia, impredecibilidad e incertidumbre.

La incertidumbre está presente en todas las decisiones que tomamos. Si pudiéramos conocer el futuro nuestra vida sería mucho más fácil, pero sabemos que hay muchísimas cosas en relación a ese futuro que nunca llegaremos a conocer y por ello es que nos vemos obligados a correr riesgos al exponernos a los caprichos de los factores que gobiernan nuestro entorno.

Eliminar la incertidumbre es imposible. Afirmar lo contrario sería lo mismo que decir que somos capaces de predecir el futuro, pero todos sabemos que tal posibilidad no existe. Sin embargo, sí podemos trabajar para poner de manifiesto todas las incertidumbres que nos preocupan y así poder trabajar con ellas. De eso se trata el método de planeamiento estratégico con escenarios.

El planeamiento a partir de escenarios ofrece un mecanismo válido y sumamente útil para lidiar con la incertidumbre. No porque sea capaz de eliminarla, como ya hemos dicho, sino porque nos ayuda a explicitarla, dándonos la oportunidad de poder trabajar con hipótesis alternativas de futuro. No se trata de la realización de pronósticos o predicciones, sino de un enfoque que permite a los miembros de una organización examinar aquellos factores críticos que contribuyen a dar forma al futuro, y al mismo tiempo poner en perspectiva su entendimiento colectivo del presente.

El método es útil, no sólo porque desde un punto de vista organizacional facilita el proceso de toma de decisiones, sino también porque permite entender al negocio desde una perspectiva diferente.

En un mundo tan difícil y competitivo como el del presente, donde la velocidad a la que seamos capaces de reaccionar frente a cambios repentinos de las condiciones externas determina nuestras chances de supervivencia, poder contar con una herramienta capaz de ayudarnos a imaginar diferentes futuros posibles puede resultar de gran ayuda.

Cómo es el proceso y qué se puede esperar de él

Cuando trabajamos con escenarios, lo que hacemos es echar una mirada hacia diferentes estados posibles del entorno, lo cual a su vez nos permite imaginar una variedad de respuestas posibles. La herramienta no ha sido diseñada para mostrarnos cuál sería la mejor respuesta, ya que esto será responsabilidad exclusiva de quienes tengan a su cargo las decisiones estratégicas de la firma, sino para indicarnos posibles trayectorias.

Podemos sintetizar lo que puede esperarse de un ejercicio de construcción de escenarios en los siguientes cuatro puntos:

• Ampliación del rango de posibilidades que uno considera para la marcha del negocio
• Descubrir cuáles son los principales impulsores de cambio en la industria
• Protección contra las típicas trampas psicológicas en el proceso de toma de decisiones dentro de la empresa
• Posibilidad de desafiar los modelos mentales sobre entendidos y generalmente aceptados por la industria

No intentamos saber qué es lo que va a pasar, sino qué es lo que puede llegar a pasar y a partir de ahí desarrollar algo así como “memorias del futuro” con la intención de llegar a tener un alto nivel de preparación frente a cualquier circunstancia.

Con este método lo inesperado deja de existir como tal, porque lo hemos analizado previamente. Y así como un piloto se entrena frente a un simulador de vuelo para desarrollar su capacidad de respuesta ante una gran variedad de eventos que podrían tener lugar durante una travesía aérea, del mismo modo con la herramienta de escenarios se pueden realizar ejercicios preparatorios para que toda la organización sepa cómo reaccionar cuando lo posible se convierta presente.

Jorge Fantin